Con Antonio y Lucía estuvimos paseando por Córdoba. Nos conocimos más y estuvimos hablando de como sería su magnífica boda. De cómo sería la ceremonia en una de las iglesias con más solera de Martos. De cómo lo celebrarían en Entrehiedra, un bello espacio en un pueblo cercano. Estuvimos hablando en ese paseo cordobés de cómo se imaginaban ese día, de cómo templar los nervios para poder disfrutarlo a tope. Estuvimos hablando de su boda, de la boda que querían que disfrutaran sus invitados, de la boda con la que soñaban… Y llegó. Llegó esa boda soñada. Llegó el día. Llegaron los nervios, las emociones, los momentos que soñaron y que se hicieron realidad. Y estuvimos nosotros allí, disfrutando de esa magnífica boda y capturando esos instantes que seguramente Antonio y Lucía atesorarán siempre.
Antonio y Lucía ya son unos amigos más, una pareja con la que ha sido un placer trabajar desde el minuto cero. Simpatía a raudales y una calidad humana excepcional. Podría seguir describiendo a Antonio y Lucía. Podría seguir enrollándome para hacer que el SEO de la página se marque en positivo, pero prefiero dar paso a esas fotos en donde Antonio y Lucía transmiten ese amor que tienen el uno por el otro y ese cariño con el que tratan a todos sus amigos y familiares.
Suena «Baby, i love you» de Aretha Franklin mientras le paso las fotografías a Lucía. Sirva este post como homenaje a la reina del soul que nos ha dejado recientemente.
