Bonita tarde «afotando» la que compartimos con Miguel y Ana en su sesión preboda por las calles de «Graná».
Los nervios a ponerse delante de la cámara se diluyeron rápidamente y cuando terminamos, el comentario de ambos fue lo genial que se lo habían pasado y el tiempo que les pasó «volao».
Gracia y yo también disfrutamos de esta simpática pareja. Granada fue testigo directo de la complicidad, las risas nerviosas y el profundo cariño que se tiene Ana y Miguel.
No me enrollo más. Os dejo con la simpatía de Miguel y Ana, y con un pequeño resumen de lo que nos dio la tarde granaína. Mientras, suena «Nada que perder», del último trabajo de Robe.