Todas las parejas se llevan un trocito de nuestro corazón y de nuestra alma. Pero hay parejas, como la que forman Nieves y Adrián, que se llevan cacho más grande.
Desde que nos conocimos en la feria «Jaén de Boda», Gracia y yo supimos que esta sería una pareja que junto con sus reportajes fotográficos, se llevaría una parte importante de nuestros corazones.
Y así fue. Comenzaron con su sesión «preboda», lo volvieron a hacer en su boda y nos dejaron en la «postboda» con el sentimiento agridulce de que sería una sesión magnífica pero a la vez la última vez que nos veríamos fotográficamente hablando.
Nosotros nos llevamos un grandísimo recuerdo de ellos dos y estamos seguros que ellos también nos dejaron un trocito de sus almas. Esta es la magia de la fotografía de boda.
No quiero ser más pesado. Así que os dejo con Nieves, Adrián y su sesión postboda que realizamos en una fría tarde de marzo en la costa granadina, pero que nos supo a gloria. Suena «Arena y sal» de Supersubmarina, mientras escribo esto.
